En líneas generales, un micropilote es un pilote de pequeño diámetro, usualmente entre 100 mm y 300 mm, dotado de una armadura tubular y posteriormente inyectado con lechada de cemento o mortero.
La técnica del micropilotaje es utilizada en múltiples aplicaciones para
cimentación profunda. Entre las más comunes destacamos: el recalce de edificios, refuerzo de cimentaciones para ampliación de edificios, cimentaciones profundas en solares de pequeñas dimensiones o con accesos difíciles, sostenimiento de cimentaciones existentes para excavación de sótanos, cimentaciones profundas en terrenos no aptos para pilotajes convencionales, etc.